Según un reciente estudio realizado este año por científicos de las universidades de Zaragoza, Carlos III de Madrid y Barcelona y publicado en la revista Nature Communications, existe un comportamiento diferenciado por franjas de edad en la actitud cooperativa de las personas. Los más jóvenes serían los más volubles, en tanto que los mayores de 66 años serían los que más cooperan.
Los niños y jóvenes de entre 10 y 16 años, aún siendo capaces de cooperar, son más cambiantes en sus decisiones, no siguen una estrategia fija y están muy condicionados y las decisiones que toman los demás, lo que dificulta que se pueda llegar a generar un entorno cooperativo.
Por contra, el grupo de edad más cooperador es el de los mayores de 65 años, con una actitud sólida y con una estrategia más planificada, no condicionados por la visión del que tienen al lado a la hora de decidir si actúan. El comportamiento en los adultos es más predecible y ayuda a mantener la colaboración. En este sentido, un responsable del estudio apunta que “adelantar la edad de jubilación puede no ser beneficioso para las empresas y que puede ser interesante buscar maneras de mantener a esa población en el trabajo o alternativamente en una situación en la que puedan seguir siendo cooperativos”.
A la vista de los resultados, los autores del estudio apuntan que parece que hay un componente evolutivo y cultural a lo largo del ciclo de la vida, por lo que ser más proclives a cooperar se puede aprender.
En cuanto a las estrategias que se pueden seguir para fomentar la colaboración entre los más jóvenes, se ha de trabajar hacia una conducta prosocial más persistente y perseverante.
Fuente: Universidad de Zaragoza.
Pintura: Los elementales del bosque, Virginia Roviralta.
