En este artículo vamos a explicaros las ventajas que puede tener un cohousing de séniors. A partir de los 60 años comienza un nueva fase de la vida marcada por la necesidad de decidir dónde, cómo y con quien se quiere estar en esta etapa en la que el trabajo remunerado ha terminado o está a punto de acabarse, los hijos ya son adultos con sus vidas propias y la aspiración principal es disfrutar de la vida sin quebraderos de cabeza.
Es una etapa etapa de planes y ganas de hacer muchas cosas e intentar evitar por todos los medios una: ir a una residencia. Quieren mantener su libertad e independencia y piensan que están cerca de la vejez, pero muchos quieren vivirla de manera diferente a lo que han visto.
En este contexto un cohousing para séniors puede ser la mejor solución: poder estar entre amigos, personas afines y con intereses comunes, manteniendo la privacidad de las casas particulares, pero compartiendo espacios comunes y servicios que de forma invidual no se podrían permitir.
Sería agradable tener un pequeño jardín y huerto para poder cultivarlo, con un espacio para sentarse al aire libre, una biblioteca, sala de estar, comedor, una lavandería común y una sala polivalente, para diversos usos: practicar yoga, hacer gimnasia…. En cuanto a servicios, desde cocineros que pudieran ir un par de veces por semana a preparar la comida, limpieza diaria, e incluso, de forma opcional, peluquería, fisioterapeuta o enfermero, todas las necesidades pueden ser cubiertas.
Por último, es importante recordar que la gestión del cohousing está siempre en manos de los residentes, que la estructura social no es jerárquica, sino que las decisiones se consensuan entre todos los cohousers, y que la economía es separada, es decir: cada uno mantiene su independencia económica pagando solamente los gastos comunes que se hayan acordado. Los extras y otros servicios opcionales correrán por cuenta de los cohousers que los soliciten.
Imagen: Cuadro «El estanque de los nenúfares», de Claude Monet.
