A partir de los 60 hay una inquietud interna personal que lleva pensar en cómo enfocar la vida en esta etapa. Puede ser que se goce de una salud excelente, o que se haya tenido algún susto del que se ha salido victorioso/a, se tiene buena calidad de vida y se afronta una nueva fase en la que los hijos ya viven por su cuenta, la mayor parte de la vida laboral ha pasado y queda más tiempo para pensar en uno mismo y en lo que realmente apetece hacer.
En este contexto, uno de los temas que se pasa por la cabeza es cómo y dónde vivir. Hay varios motivos que pueden llevar a este planteamiento y a los que el cohousing de séniors aporta soluciones:
- Siempre se ha vivido sólo, se ha perdido a la pareja, los hijos se han emancipado o aún teniendo pareja se querría tener una vida social mayor y compartir actividades y momentos con otras personas: el cohousing permite vivir independientemente, pero compartiendo espacios comunes y actividades. Cenas y comidas comunitarias, excursiones, sala común para ver la televisión, tertulias literarias…Hay menos ingresos: las pensiones son en muchos casos inferiores al sueldo profesional. Es más difícil afrontar individualmente los gastos y mantener el mismo ritmo de vida: en una covivienda muchos de los gastos quedan repartidos entre los inquilinos: servicios de limpieza, lavandería comunitaria, etc.
- En la nueva etapa puede haber más necesidades en torno a la salud e incluso que en el futuro se vea mermada la movilidad y se requiera asistencia: en el cohousing de séniors todo esto se tiene previsto. El objetivo es que pueda ser la casa definitiva en la que se pueda vivir con la tranquilidad se va a estar bien atendido y, además, de la manera que uno mismo ha elegido, al pactar las normas y estatutos del cohousing. Asimismo, compartir los gastos de asistencia, servicios médicos a domicilio, de rehabilitación, enfermería, etc. es una realidad mucho más asequible si se comparten entre varias personas.
- La realidad social es que las alternativas actuales para los séniors son: una oferta de residencias muy limitada en las que resulta difícil entrar y en las que una vez dentro hay poca capacidad para tomar decisiones; una posibilidad cara, que es seguir sosteniéndose por uno mismo (vivienda, gastos de asistencia, médicos…); o vivir en casa de los hijos, lo que no siempre es fácil. El cohousing es una respuesta bastante novedosa, y que incluso debería ser apoyada desde la Administración: bajaría la demanda de residencias, el gasto de asistencia se reduciría considerablemente al ser compartido y ayudaría a una mejor gestión social de los grupos.
Hoy el tiempo para organizar un proyecto de covivienda se ha acortado considerablemente: de los entre 5 y 8 años que requería hace unos años, actualmente en sólo 2 años puede estar en funcionamiento, a partir de la formación del grupo. Si te interesa el proyecto, te animamos a que (si no lo has hecho todavía) te suscribas a nuestra newsletter para recibir nuestra noticias y te inscribas como futuro cohouser.
¡Desde BeCoHousing os deseamos un feliz verano y volvemos a encontrarnos en septiembre!
Imagen: Cuadro Backs and fronts (1981) Sean Scully
