Dentro de un cohousing, una lavandería comunitaria es una de las zonas comunes que más beneficia a la hora de ganar espacio en la vivienda. Normalmente está equipada con lavadoras de gran capacidad, máquinas secadoras, espacio para tender a cubierto (también se puede hacer en el exterior en caso de cohousings con jardín) y zona de planchado con planchas de vapor y tablas de planchar.
Al adquirirse de manera conjunta, los electrodomésticos pueden ser de mayor calidad e incluso industriales y equipados con la última tecnología de eficiencia energética, es decir: ahorro de agua, energía y optimización de los productos de lavado. Al ser una sala especial y no quedar integrada en las viviendas, los ruidos no molestan a los miembros del cohousing.
El funcionamiento de la lavandería comunitaria se puede regular con un horario en el que previamente se reserva la hora. Puede ser en una hoja de papel o, en los casos de cohousers más “tecnológicos” a través de un calendario compartido.
Las máquinas pueden funcionar con monedas, de manera que lo recaudado sirva para el mantenimiento de los aparatos. En cuanto a los productos de lavado, se puede optar por tener cada uno los suyos o adquirirlos de forma comunitaria, e incluso tener dispensadores que funcionen también con monedas.
Por último, otra decisión que pueden tomar los habitantes de la conviviendo es realizar personalmente la colada o contratar a alguien que se ocupe de realizarla por ellos, o de planchar, a un coste razonable.