Las viviendas colaborativas, cohousing, son un modelo asentado en Estados Unidos. Si bien el cohousing nació en Dinamarca, en el país anglosajón son ya al menos 135 las comunidades identificadas como viviendas colaborativas. En la cultura norteamericana siempre han estado presentes los condominios, motivo por el cual adaptarse a un sistema de covivienda ha resultado más fácil.
La diferencia entre el cohousing y los otros modelos convencionales reside principalmente en la importancia de las instalaciones compartidas y las estructuras de gestión colectiva. En su mayoría formados por gente de clase media, el desarrollo de la covivienda ha propiciado el desarrollo de modelos de propiedad, financiación y toma de decisiones extrapolables a otros ámbitos.
Además del desarrollo del modelo de gestión, el cohousing ha supuesto un gran aprendizaje para sus integrantes, pues a menudo han tenido que salir de su zona y a lidiar conflictos interpersonales derivados del sistema de gobierno horizontal, en el que el consenso es la base para la toma de decisiones y la resolución de problemas. En este sentido, el esfuerzo por superar estas situaciones y el desarrollo progresivo de habilidades de socialización es lo que consigue desarrollar la confianza e intimidad suficientes para vivir en armonía.
La experiencia y el desarrollo del modelo por los cohousing veteranos es la referencia para los nuevos cohousings que, sin duda, irán aumentando por todo el mundo en los próximos años.
Imagen: Cuadro «Concrete Cabin». Autor: Peter Doig.
Fuente: The importance of cohousing, http://bit.ly/1PomGRt